baibaibon

Después de pasar veinte horas enchufada a unos auriculares, con dos nenes al lado jugando a luchas, diez días caminando por la gran ciudad tomando cafeses en cafeterías abandonadas esperando a gente que siempre llega una hora tarde, comprando cosas insignificantes y después otras veinte horas arriba de otro colectivo, viendo Diario De Una Pasión por vigésimo tercera vez, escuchando Patti Smith y leyendo a Patti Smith, riéndome de la sarta de imbecilidades que decían las tres minitas con síndrome de Chica Cosmo de atrás, queriéndome comer los ovarios cada vez que veía a alguna de las parejas que me rodeaba (tres parejas para ser exactos) hacerse comentarios dignos de una sobredosis de insulina; me dí cuenta de que necesito un cuaderno para plasmar todas estas estupideces insignificantes que se me ocurren cada dos minutos, sobre todo cuando decido odiar a la gente, que suele ser siempre.

Algo que escribí en mi agenda llena de Post-its de colores y tarea que nunca hago a las 4:28 am:

Parejas en todos los asientos. Creo que quiero vomitar pero en realidad no porque me tomé tres Dramamines y dos Ibuprofenos. Me caen mejor los hombres que las mujeres. Las mujeres si son mudas mejor. Tengo sueño. El azafato me despertó cuatro veces para preguntarme si quería algo. Si, quiero que abras la ventanilla y te tires de cabeza. Igual dormí casi veinte horas. Necesito un cuaderno donde plasmar estas cosas. Me cae bien la pareja tierna de al lado, se rozan los pies mientras duermen. Veo mucha ceniza y nieve, debo estar cerca. Este es el café mas asqueroso que tomé en mi vida. Quiero hacer pis.

Después descubro una frase rara escrita en mi celular que nunca en mi vida estando cuerda hubiera escrito y cuando la gugleo, encuentro esto y no se como mi cabeza pudo acordarse de algo así. Freud, analizame esta