viernes


Clau me pregunta que me pasa mientras empapo la almohada con lágrimas y no me da para hacer una escenita de nena caprichosa hija única de 3 años diciéndole que vivo a 1500 km en un departamento que no siento mío y cuando vuelvo, tampoco siento como mía la casa rodeada de nieve porque mi habitación se convirtió en una sala de limpiezas de cutis.
Analizo todo freudianamente hablando porque cuando teníamos cinco años y nos debatíamos entre ver Rugrats en Nickelodeon o Daria en MTV y hermana me tiraba del pelo, clau nos hablaba del yo, superyó y ello y anotaba los sueños en un papel para analizarlos con los libros que teníamos en la biblioteca de la casa con el ciruelo en la vereda.  Esto de ser la mayor, centrada y que tiene que equiparar el temita ese de no haber heredado lindos genes y tener cara de orto todo el tiempo con buena música y libros de Patti Smith me exaspera. No me quejo, soy todo lo que no quería ser la semana pasada. Espero que mi marido calvo con trastorno obesivo-compulsivo e impotencia me quiera mucho y aprecie mis tortas de frustración emocional los domingos a la tarde.

1 comentario:

Anónimo dijo...

En realidad, te estás quejando y estás bien que lo hagas. El confuso mundo de los blogs es un medio adecuado para expresar insatisfacción. Es entendible quejarse por no sentirse en un medio propicio, como la nieve cuando se la odia.