lunes

Es todo culpa de Morrissey y de los feriados

Me molesta la gente que grita y que si o si tiene que tener un grupo de amigos vaya a donde vaya. Me molesta la gente que lleva todo al extremo. Me molestan los extremos, me molesta la gente amo a mi novio y no puedo encontrar un equilibrio justo entre cogérmelo a el y todos los demás aspectos de mi vida. Me molesta la gente que tiene una relación de 3 meses que parecen 30 años y tres hijos estudiando piano. Ya lo dije hace tres crisis y ahora el karma se me ríe en la cara por ser tan forra. Estoy a una película mala sobre la amistad en Cinecanal de mandar un mail mandando al carajo a todo el mundo. Digo todo esto mientras la gata George duerme sobre las polleras negras. Y son las 6 de la tarde y yo sigo en la cama. Los feriados me deprimirían si no trabajara 6 horas por día en un lugar que me exprime el cerebro, desde entonces amo los feriados. Los amo y me pongo mi vestido negro preferido y me tiro en la cama a ver por cuadrugésima vez el capítulo seis de Girls. En una silla están todos los vestidos que me pruebo todos los días y como las flores no combinan con mis ojeras, termino usando el mismo negro de algodón. Muerte a quien dijo el negro disimula, disimulame la cara de orto crónica.  Hace seis horas que me alterno entre mirar el celular y mirar a la gente que todavía no bloqueé de facebook chat: Bingo. Dos exes de esos que no fueron conectados y ningún voy a tu casa, comamos panqueques o acariciemos a tu gata online. Bingo 2. Está sonando mi celular y yo estoy jugando a ignorar a mi padre.  No sé para qué desperidicio un cuarto de mi sueldo en pagar la facultad si ya tengo un máster en evitación de progenitores con síndrome de adolescente crónico.