miércoles
No me di cuenta en que momento mi vida se convirtió en un capítulo de porque seguro estaba demasiado ocupada comiendo arroz inflado desde un pote de plástico con la lengua. Ayer canté chicas y chicos escuchen bien que la moda femenina se divide en tres y los cuatro especímenes masculinos de la sala me miraron con cara de volvé al borda, pelotuda. Al Borda no, pero volví al café con leche con cereales a fin de mes pero ahora uso pantalones tiro alto y me visto como una oficinista vírgen, así que se puede decir que en algún punto maduré. Maduré y ahora pienso todo en cifras. Hace tres días que no lloro, hace 69 horas que espero que matu me responda un mail, 2 son las veces que me olvidé de darle de comer a la gata y 32 las que quise que Clau se teletransporte y me cocine.