domingo

G lee a Cortázar mientras yo detesto a Cortázar y le explico argumentos poco sustentables de este odio visceral que nació hace un año y dos meses, cuando por trigésima vez intenté leer rayuela y el snobismo desmesurado me volteó. Me divierte bastante esto de que ahora nuestros libros estén juntos y apretados en el estante del living. Me acuerdo cuando teníamos trece años y me miraba las tetas. Es más, hace poco me tiró un "vos eras copada porque tenías tetas y un piercing. Nadie tenía tetas y un piercing a los doce". Creo que por eso nos queremos tanto, él me tira homosexualidades cada dos segundos y yo le critico las chicas a las que stalkea, lo más lindo del todo es que deja que lo sature de té con limón y que le ponga esa música sentimentalista que te hace mierda a todo lo que dá. El portero cree que somos hermanos y el colombiano del kiosco cree que es mi novio al que le compro sugus de limón.
Nuestra canción de cabecera es Jalando pegamento en el quinto be, tampoco se podía esperar nada normal de esta unión extra matrimonial.

1 comentario:

gabi dijo...

Tu blog me da ambiente de cuento. Y además, por alguna razón que no comprendo, me hace acordar a Puig. Y además me da ganas de escribir una novela, ponele.
Eso fue una twisted way de decir que banco tu blog.