domingo

Son las doce y media de la noche, es sábado y estoy acá en el living de mi departamento sentada a oscuras jugando con la gata George (Tenemos una gata a la que nombramos como un beatle porque somos unos hijos de puta y queremos generarle problemas de identidad) viendo cosas como esta. Hola, seguro tengo dieciséis y me estoy mandando videos de The Flaming Lips con el chico con que el estaré este verano. Ayer tirada en mi cama envuelta con mi acolchado blanco, me di cuenta que esto es todo eso que pedía a gritos a mis quince. No hablo de vivir sola, no. Hablo de las mierdas sentimentales. De todas esas cosas por las que me moría y ahora les rehuyo terriblemente. Es gracioso cuando ah si ja ja sos una forra y me encanta ja ja porque a mi me interesa ser forra, pero cuando sale naturalmente (que hace tres semanas es cada cinco segundos) es todo muy hola, estoy forzando mi forrez y vos no te das cuenta porque sos un reverendo pelotudo con serios problemas mentales y emocionales como querés que intente ser una persona normal así, ahí es cuando me saco y quiero aplastar conejitos bebés. Después de dar un montón de razones absurdas y de protagonizar como siete mails con flequi en donde ambos analizábamos qué era lo que no funcionaba; recién, después del tercer vaso de cepita de naranja me di cuenta: No me hace reir. Si lo sé, merezco vaginitis crónica y muchas cosas horribles por decir estas pelotudeces dignas de la gente con la que compartía el banco en la secundaria, pero es eso. Son cosas que antes no me importaban un choto, porque siempre fui de las que idealizan todo y si no es perfecto será perfecto porque yo quiero que sea perfecto. No, la cosa no funciona así. El tema es cuando te das cuenta de estas enfermedades dos años y tres chicos después. Tenés que dejar de traer al departamento chicos que se llamen igual me dijo roomie hace cinco horas, el problema es que su nombre también empieza con m y es virginiano y estoy totalmente meada por todos los clichés que pueda llegar a tener mi vida. Igual no planeaba estar con roomie hasta tener cuarenta años y dos divorcios en la espalda.

3 comentarios:

Nicole dijo...

Seguro que hasta Diego Torres te dedica una canción. Stalkeame en facebook para ver las FATAS DE MI PROM

j. c. dijo...

pero te diste cuenta de muchas cosas a tiempo.entendés las cosas cuando las podés entender, cuando estas lista. uno siempre quisiera que vinieran en algún manual cuando nacés o en un chip, pero bueno, mira el lado positivo, te diste cuenta de que idealizar es una chotada a los 18/19, tenes mil años para darte cuenta de mil cosas más y aplicarlas.

punto dos, si no te hace reír, va a ser un embole eh jajaja

Anónimo dijo...

Los gatos no tienen ir cuando los llaman, es más de los perros, así que le den importancia a eso de los nombres.
Interesantes ilustraciones.