sábado
Hoy en "el flagelo de no tener internet todo un sábado a la mañana" presentamos una imagen mía recortando papel creppe y haciendo guirnaldas para todo el departamento, sumale el que encontré una carpeta con música vieja que creí que había borrado después de mi última adolescencia y cuando me di cuenta estaba cantándole Shakira a los gritos a la gata como si fuera mi madre un sábado a la mañana. También, para hacer honor a la histeria y a los dramas tradicionales de este blog, encontré conversaciones viejas guardadas. Conversaciones MUY viejas guardadas en las que yo convenzo a un tipo de casi treinta años de que la diferencia de edad no es tan terrible y veinte días después hablo con el que en ese momento era futuro chango, -el cual se convirtió en el señor de mis pesadillas dos años y seis meses después de conocerlo en un antro horrible lleno de cerveza tirada en el suelo llamado bar- y me tiraba cosas como "si no te compro con esto no sé" acto seguido me pasaba una escena de Átame!. Tengo que aplaudirlo, supo meter las almodovaraciones correctas para conquistarme. No lo culpo, soy muy fácil.
Volviendo al tema del encuentro de documentos viejos, también encontré -aparte de las mil y una conversaciones guardadas con el chico al que ya no veo más y sigo extrañando horrores- algo que decía más o menos así "cuando te des cuenta de mi bipolaridad o cuando la cinta en tu boca te saque zarpullidos (???) me vas a mandar a la mierda".No puedo creer que no lo vi antes. Igualmente estoy orgullosa de mi yo a los dieciséis. Me dan ganas de volver al pasado y decir: Mirá Lucía, están todos locos, seguí viendo películas y tomando café que vas bien. Aunque tampoco me arrepiento para nada de haber escrito en algún momento de hace dos años atrás en un documento en blanco "Besos en San Telmo, viajes interminables en subte, peliculas de Aliens y libros de Zombies". Nada, tampoco lo pasé tan mal.