miércoles

Porque cada vez soy incapaz para más cosas. Y siempre camino hasta el fondo del andén para ir en el último bajón, pero hoy antes de llegar encontré en uno de esos puestitos de revistas un libro de Benedetti que llevo buscando hace dos años, cuando viajaba los veranos a Buenos Aires y recorría librerías mientras me dejaban plantada a las tres de la tarde. Sigo siendo incapaz de cosas y por ejemplo, no me aguanto el llanto y me largo a llorar en pleno vagón mientras leo Viceversa porque soy hormonalmente inestable. Hoy también me perdí en un shopping y como no encontraba la salida me senté a tomar un café y a calmar mi angustia con un sánguche de pollo. A veces hablo sola y me gusta fingir que hablo por teléfono cuando la gente me mira mal.