lunes

Hoy lloré posta. No ese llantito bridgetjonezco del que me regodeo, sino la angustia que te sale del pecho y te da ganas de vomitar. Después de eso me quedé dormida y cuando me di cuenta, estaba en un subte viendo como la vida me acababa en un ojo. Entré en pánico y cuando se me pasó lo de agarrarme de las paredes por miedo a que alguien me tire a las vías, la realidad volvió a romperme las pelotas y oh mirá, justo hoy se cumple un año de que dejamos de ser amigos pasó por al lado mío. Eso por no decir feliz aniversario de tu psicosis, darling. Aunque todo eso, me sigue invadiendo ese trastorno bipolar digno de mi abuela la que es igual a la abuela de Rory Gilmore y en ese momento quise saltarle al cuello a mi pasado -quien miró para otro lado- para decirle que lo extraño, que estoy teniendo una semana de mierda, un mes de mierda, una vida de mierda y que necesito que hablemos por teléfono mientras discutimos quien es más fan de Sonic Youth. No pude. La madurez me volteó, me acordé de todos los momentos de mierda y de mayo del dos mil doce, así que miré para otro lado y me volví a concentrar en que nadie me empuje a las vías.