sábado

El  otro día sentí el mismo olor que tiene mi mamá; me angustié como siempre pero solo que en vez de llamarla llorando como cuando veo accidentes y Golden Retrievers por la calle, me compré un alfajor. Rory Gilmore estaría orgullosa. Buenos Aires sigue siendo un puto caos y yo sigo viviendo en microclimas generados por la manzanilla y los libros de  Murakami. Mi más reciente ex mejor amigo (strike 2) se fue de la habitación de al lado pero ahora tengo un roommate que es fanático de las películas malas de Barbra Streisand, de los musicales y de nombrar Olvido Gara Jova a nuestro próximo gato. Tengo un colchón nuevo que en realidad no es tan nuevo y que por razones obvias tuve que desinfectar. Realmente en este momento solo tengo en claro que tengo tendencia a engordar y a terminar literatura sentimentalista en el transporte público mientras vuelvo a casa. Batí mi propio récord y he logrado enamorarme y desenamorarme de la misma persona 9365522210 veces en menos de 10 meses. Menos mal que para plasmar todo lo que yo no puedo hacer acá está Best Coast. Matías estaría orgulloso de mi.