jueves
Como le dije ayer a juju, estoy incapacitada para conseguir cualquier tipo de trabajo remunerado. Juju me dijo que nada que ver y me regaló el único corrector de ojeras que ha hecho magia en mi. Y hoy cuando me di cuenta, estaba en una cama que no era la mía siendo violada por el único mosquito de la ciudad. Genial, porque lo único que faltaba para que me sienta la persona con menos sex appeal del mundo eran treinta grados en septiembre y picaduras de mosquito en todas las partes visibles de mi cuerpo. Sumale que dormí poco y mal y no hay cosa que me haga peor que dormir poco y mal. Voy a ir con un cartel por la vida que diga si vas a tener la osadía para invitarme a dormir a tu casa, tené la decencia de hacerme un café antes de que me vaya. No, dignidad no, pero tengo un corrector de ojeras nuevo y es hermoso.