domingo

Lo que me gusta de Buenos Aires es que sos una persona más:
Sos uno más cruzando Avenida de Mayo, sos uno más comprando un paquete de cigarrillos en un kiosco y sos uno más bajando las escaleras de la linea C. Nadie se gasta en tratarte bien porque sos eso, uno más. Y a mi me gusta, no que no me traten bien, sino ser uno más: Que nadie se fije realmente en mi, en lo que hago o en como bajo las escaleras. O si, capaz que en algún momento mis ojeras llamaron la atención de alguien. O que alguno de los de los millones de chicos de los que me enamoro en el subte también se enamore de mí, o de mis ojeras. Microcentro los fines de semana es un desierto de hormigón, un desierto de hormigón con olor a pis, que combina con mis ojeras.