martes

Ocho de la mañana, tres tostadas, un café con leche y, como disfruto sufriendo la vida por partida doble, dos trabajos. Esto último porque amo victimizarme y porque me cansé de ser pobre. Creo que ayer clau me confesó que quería que largue todo al carajo y que me vuelva a casa con ella pero hice como si el subte no me hubiera dejado escuchar, se dio cuenta y cambió de tema. Como mi vida es una sitcom, después del segundo té de tilo a las dos y cinco am, me levanté para apagar las luces y había una paloma del tamaño de Godzilla mirándome desde la marquesina, pegué un grito y llamé a esa clase de personas que ama a tu gata y no tiene problema en decirte que sos una pelotuda y escucharte cuando hablas de sentimentalismos. También, mientras decidía ser una especie de mutación  vegetariana de mi misma, me leí absolutamente todas las páginas de internet que hablaban de compatibilidad entre los símbolos y concluí todo con un sory honey, somos signos aire-agua, no podemos seguir cogiendo.