domingo
Como si tuviera el don, como si supiera exactamente qué. Me llamó a las once de la mañana para preguntarme como estaba, para decirme que me cambió la voz y para felicitarme por recibirme tres meses después. Después me soltó que me extrañaba. Le dije que yo también, aunque todavía no sé si eso es verdad o no. "es mucho tiempo, nos conocemos demasiado bien" Otra mentira. Casi seis años después siento que nunca lo conocí del todo. Aunque sé que el te quiero mucho mucho antes de cortar era sincero. Sigo teniendo el mismo don que a los 15: poder percibir absolutamente todo en su tono de voz. Varias horas después, ahora, hace un rato, estuve a punto de quemar mi orgullo del día de la mujer de mierda y llamarlo: Pedirle que venga a dormir conmigo. No a coger, no a besarnos como los adolescentes que eramos hace seis años: A dormir. A sentir que alguien está al lado para traerme un vaso de agua cuando me despierte de la segunda pesadilla a las dos de la mañana. Y que después me acompañe a la parada del bondi antes de ir a laburar y no verlo nunca más. Como solo nosotros sabemos hacer. Pero no lo hice. Tal vez un milagro del día de la mujer de mierda.