domingo
¿Te acordás cuando te conté de mis meses de desidia? me quería poner linda para vos pero no tenía más shampoo así que agarré el tuyo para barba, ese que dejaste en mi casa, ese que te critico porque tiene olor feo pero es mentira, huele a vos y me encanta. Mi astróloga dijo que van a ser meses difíciles porque tengo cinco planetas retrógrados y luna en escorpio y no sé que otras cosas más. Cosas que no entiendo pero las tomo porque me ayudan a justificar todo esto que está pasando. No sé lo que está pasando. Solo sé que queremos vivir en un galpón reformado con pisos de cemento alisado y unos cuadros de los que me hablás hace meses que tenemos que ver en un guardamuebles y el waymaraner que te gusta. Pero no sé. Siempre me pongo triste cuando espero el tren en la estación y te echo y te digo que te vayas a tu casa, que hace frío, que hace calor, que te vayas porque no soporto despedirme de vos y saber que esa noche no vamos a dormir juntos o saber que vamos a estar unas horas sin hablarnos hasta que alguno no aguante y haga sonar el celular del otro. Pero todavía no hiciste que suene el mío y no te quiero llamar por si estás dormido. Hoy cuando tomaba un café en tu cocina me largué a llorar, y ahora lloro tomando otro café en mi cama y sigo sin saber por qué. ¿es porque nos amamos tanto? ¿es porque las cosas son más complicadas de lo que creíamos? A la madrugada mientras delirabas de fiebre soñé con un bebé maldito que teníamos que matar y me desperté asustada y vos me dijiste que te habías tomado dos pastillas que todavía no sé bien que son porque no te podías dormir y que tenías fiebre y yo te hablé del dengue y que vayamos a una guardia. Después me quedé dormida y volví a soñar algo horrible antes de despertarme y preguntarte si te podía abrazar. Me dijiste que si.